Televisión e Internet forman un equipo perfecto. El empleo de Internet como sistema de transmisión es una realidad, aunque esto sea algo que cuesta entender a ciertos medios “clásicos”.
Constantemente surgen nuevas opciones para ver televisión a través de Internet. Incluso las propias cadenas han optado por transmitir su contenido a través de Internet, u ofrecer sus propias plataformas.
Sin embargo, algunos canales más reticentes aún no transmiten sus contenidos a través de Internet. Ciertas páginas han encontrado su negocio emitiendo estos canales, rodeadas de cantidades ingentes de anuncios.
Hasta hace poco el uso de bloqueadores de anuncios aliviaba la presión ante esta publicidad abusiva. Pero ahora las páginas han empezado a detectar el uso de bloqueadores, impidiendo ver sus contenidos mientras los tengamos activados.
En esta entrada vamos a aprender a saltarnos esta prohibición, y poder visualizar los canales de televisión sin publicidad abusiva.
Lo importante no son tanto los detalles del proceso (que pueden variar de una página a otra) como el proceso en sí. Y sobre todo ilustrar que en Internet nadie puede obligarte a ver algo que no quieres.
Eliminar la publicidad abusiva
Para el ejemplo, vamos a intentar ver “Discovery Max” de forma online (que le voy a hacer, me gusta el programa de pesca de cangrejos). Recordar que lo importante no es el ejemplo en sí, sino mostrar el proceso. Para el proceso vamos a usar el explorador Chrome, aunque el proceso es similar en cualquier navegador.
Empezamos buscando en Google “discovery max online”. Elegimos uno de entre los resultados que aparezcan (en realidad son todos prácticamente iguales, si no el mismo).
Aparece una página atiborrada de publicidad y el visor del canal tapado por un cartel exigiendo que inhabilitemos Add Block. ¿Vamos a hacer caso? ¡Ni mucho menos!
Pulsamos con el botón derecho encima del cartel y seleccionamos “Inspeccionar elemento”.
Se abre la ventana inferior las herramientas para desarrollador de Google donde podremos observar la ponzoña de el deficiente código de la página.
En resumen de lo que vemos, estas páginas usan (excesivos) iframes anidados. Es decir, meten una página, dentro de otra página, dentro de otra página, y en medio rellenan con capas y capas de publicidad. Nosotros queremos encontrar la página original.
Si buscáis un poco por encima de donde os haya saltado el cursor, encontramos el primer iframe. Hacer doble click en su dirección, copiar, y pegar en la barra de dirección para subir un nivel.
Repetimos el proceso hasta llegar a una página en la que exista un único iframe. Inspeccionando el código de la página podréis evitaros la mayoría o todos los saltos, y acceder directamente a la página en un paso. Si no conseguís leer el código HTMl no importa, probar poco a poco, en pocos saltos llegaréis igualmente.
Si en algún momento algún cartel, o cualquier otro elemento, podéis eliminarlo desde las herramientas de desarrollador, simplemente pulsando la tecla suprimir.
En esta última página, en primer lugar vamos a eliminar el cartel que exige desinstalar los bloqueadores de anuncios. Pulsamos con el botón derecho encima del mismo, seleccionamos “Inspeccionar elemento”.
Un poco encima de donde aparezca el cursor, veremos un div llamado “adb-enabled” (adivinar para que sirve). Lo borramos sin piedad pulsando la tecla Suprimir. ¡adiós cartel!.
Ahora eliminaremos las capas de publicidad restantes. Buscamos un div llamado “divpubli” (que originales son con los nombres ¿eh?). Seleccionamos, tecla suprimir, y … sayonara publicidad.
De hecho, en esta página, podéis eliminar todo menos el iframe, y dentro de este todo excepto el div con ID= “jwplayer1_wrapper”, con lo que la página quedaría reducida a esto.
Ya podemos disfrutar de la retransmisión sin publicidad abusiva, y de paso habremos eliminado bastante código y errores que ralentizan alarmantemente tu ordenador. Por último, si estáis interesados, guardar la página como favorito para poder acceder directamente la próxima vez.
Los procesos mostrados se exponen únicamente con fin didáctico, siendo la responsabilidad final de su uso exclusivamente del usuario. Aunque, como se suele decir, quién roba a un ladrón…