Hoy vamos a ver Postman, una de esas aplicaciones que no deben faltar en nuestro repertorio de herramientas, y que ha alcanzado una popularidad tal que es casi una herramienta estándar para desarrolladores Web.
La función principal de Postman es, sencillamente, realizar peticiones HTTP (GET, POST, DELETE, UPDATE…) a una dirección de nuestro interés. Esto es de gran utilidad a la hora de interactuar con APIs Web e, incluso, para testear nuestros propios desarrollos.
Originalmente se creó como una extensión para Chrome. No obstante, actualmente también existen aplicaciones stand alone para Windows, Linux y Mac.
Postman nos permite modificar todos los parámetros de la petición. Así, podemos editar el header de la petición. También podemos editar el contenido, y añadir campos tanto en Json, XML o texto plano, entre otros.
Postman es muy útil e interesante a la hora de probar nuestros API REST. Podemos probar todas las funcionalidades de nuestro API sin tener que escribir ni una línea de código. Esto supone un gran ahorro de tiempo, en todas las etapas del desarrollo.
También es muy útil a la hora de conectarnos con APIs de terceros, por ejemplo en IoT. Con el uso de un explorador web podemos registrar las peticiones realizadas, y después emplear Postman para emular las señales. Cuando estemos satisfechos con el resultado, podemos empezar a codificar nuestro propio interface.
Por supuesto, tiene muchas más funciones interesantes, como incluir pruebas, creación de variables, o crear colecciones de pruebas. Incluso es posible automatizar los test en combinación con Jenkins.
Postman es gratuito, aunque existe una versión Premium que añade funcionalidades adicionales. La principal es proporcionar un entorno colaborativo donde almacenar y poner en común configuraciones de Postman con nuestro equipo de trabajo.
En resumen, una aplicación sencilla pero muy potente, que se ha convertido en una herramienta habitual para cualquier desarrollador Web. Está disponible en https://www.getpostman.com/.