Sabéis que me gusta compartir pequeñas historias y textos sobre la filosofía Hacker, entendida no cómo el movimiento que todos conocemos relacionado son seguridad informática e ingeniería inversa, si no con una forma de pensamiento.
Recordar que el movimiento Hacker se origina identificando a gente con un tipo de personalidad especial, basado en la creación, la pasión por aprender, a una clara atracción por los retos difíciles. Es decir, una determinada actitud frente a la vida.
Lógicamente muchos de los Hackers actuales se sienten atraídos por la electrónica y los ordenadores, y es de donde surge este movimiento. Pero el movimiento Hacker no se centra exclusivamente en el campo de la informática.
Por el contrario, existen Hackers en muchos ámbitos, desde el arte hasta la cocina. De hecho, existían Hackers mucho antes de existir la informática, ni siquiera la ingeniería (o, al menos, tal como la conocemos ahora).
Hoy quiero compartir un fragmento del texto “How To Become A Hacker”, escrito por Eric Steven Raymond en 2001, traducido en múltiples idiomas, entre ellos en Castellano por Miquel Vidal.
Aquí os dejo el enlace al texto original de 2001 Eric S. Raymond y el enlace al texto traducido por Miquel Vidal de la que se extrae este fragmento
La actitud Hacker
Los hackers resuelven problemas y construyen cosas, y creen en la libertad y la ayuda voluntaria mutua. Para ser aceptado como hacker, deberás comportarte como si tuvieras esta actitud en tu interior. Y para comportarte como si tuvieras esta actitud, deberás creerte de verdad dicha actitud.
Pero si piensas en cultivar las actitudes de hacker solo como una forma de ganar aceptación en esta cultura, te estás equivocando. Transformarse en la clase de persona que cree estas cosas es importante para ti —para ayudarte a aprender y mantenerte motivado. Como en todas las artes creativas, el modo más efectivo de transformarse en un maestro es imitar la mentalidad de los maestros —no sólo intelectualmente, sino también emocionalmente.
O como dice el siguiente poema zen moderno:
Para seguir la trayectoria: mira al maestro, sigue al maestro, camina junto con el maestro, mira a través del maestro, conviértete en el maestro.
Así que, si quieres ser un hacker, repite lo que sigue hasta que te creas lo que estás diciendo:
El mundo está lleno de problemas fascinantes que esperan ser resueltos
Es muy divertido ser un hacker, pero es la clase de diversión que requiere mucho esfuerzo. El esfuerzo requiere motivación. Los atletas triunfadores obtienen su motivación a partir de un tipo de placer físico que surge de trabajar su cuerpo, al forzarse a sí mismos más allá de sus propios límites físicos. De manera similar, para ser un hacker deberás sentir un estremecimiento de tipo primitivo cuando resuelves problemas, afinas tus habilidades y ejercitas tu inteligencia.
Si no eres la clase de persona que te sientes inclinado hacia estas cosas de forma natural, necesitarás poder experimentarlas para llegar a ser un hacker. De no ser así, encontrarás que tu energía para “hackear” se verá agotada por otras distracciones como el sexo, el dinero o la aprobación social.
Además deberás desarrollar cierta clase de fe en tu propia capacidad de aprendizaje —la creencia de que, aun cuando puedes no saber todo lo que necesitas para resolver un problema, si tomas una parte de él y aprendes desde allí, aprenderás lo suficiente para resolver la siguiente parte, y así, hasta que lo tengas resuelto por completo.
Ningún problema tendría que resolverse dos veces
Los cerebros creativos son un recurso valioso y limitado. No deben desperdiciarse reinventando la rueda cuando hay tantos y tan fascinantes problemas nuevos esperando por allí.
Para comportarte como un hacker, debes creer que el tiempo para pensar que emplean otros hackers es precioso —tanto, que es casi una obligación moral para ti el compartir la información, resolver los problemas y luego exponer la solución de manera que los otros hackers puedan resolver nuevos problemas, en lugar de enfrentarse perpetuamente con los viejos.
No tienes que pensar que estás obligado a regalar todo tu producto creativo, aunque aquellos hackers que lo hacen son los que obtienen más respeto por parte de los demás hackers. Es consistente con los valores de un hacker venderse lo suficiente para pagar la comida, el alquiler y los ordenadores. También está bien la utilización de estas habilidades de hacker para sostener a la familia, o incluso hacerse rico, siempre que no olvides la lealtad a tu arte y a tus colegas hackers mientras lo haces.
El aburrimiento y el trabajo rutinario son perniciosos
Los hackers (y las personas creativas en general) nunca debieran ser sometidas a trabajos estúpidamente repetitivos, porque cuando esto sucede significa que no están haciendo lo único que son capaces de hacer: resolver nuevos problemas. Este desperdicio de talento daña a todo el mundo. Por ello, las tareas rutinarias, repetitivas y aburridas no sólo son desagradables, sino intrínsecamente perversas.
Para comportarte como un hacker, debes creer en esto lo suficiente como para automatizar las tareas rutinarias todo lo que se pueda, no solamente por ti mismo, sino para beneficio de todos los demás (especialmente otros hackers).
Existe una aparente excepción a esta regla. Los hackers hacen cosas a veces que pueden parecer repetitivas o aburridas a un observador, pero son un ejercicio para lograr claridad mental o para adquirir cierta habilidad u obtener cierta clase de experiencia que no podría conseguirse de otro modo. Pero esto es una elección —ningún ser pensante debiera nunca ser forzado a una situación que les aburra.
La libertad es buena
Los hackers son antiautoritarios por naturaleza. Cualquiera que pueda darte órdenes, puede obligarte a dejar de resolver ese problema que te está fascinando —y, dada la manera como trabajan las mentes autoritarias, encontrarán alguna razón espantosamente estúpida para hacerlo. Por eso, la actitud autoritaria debe ser combatida donde sea que se la encuentre, pues si se la deja te asfixiará, tanto a ti como a otros hackers.
Esto no es lo mismo que combatir toda autoridad. Los niños necesitan guía, y los criminales, restricciones. Un hacker puede estar de acuerdo en aceptar algún tipo de autoridad para poder obtener algo que desea más que el tiempo que gasta en seguir órdenes. Pero este es un pacto limitado, consciente; la clase de sumisión que desean los autoritarios no está en oferta.
Los autoritarios prosperan en la censura y el secreto. Y desconfían de la cooperación voluntaria y del intercambio de información —sólo les agrada la cooperación que tienen bajo su control. Así que, para comportarte como un hacker, deberás desarrollar una hostilidad instintiva hacia la censura, el secreto y la utilización de la fuerza o el fraude para someter a adultos responsables. Y deberás estar preparado para actuar en consecuencia.
La actitud no es sustituto para la competencia
Para ser un hacker, deberás desarrollar algunas de esas actitudes. Pero tener solo la actitud no te transformará en hacker, como tampoco te puede transformar en un atleta campeón o en estrella del rock. Para transformarte en hacker necesitarás inteligencia, práctica, dedicación y trabajo duro.
Por lo tanto, debes aprender a desconfiar de la actitud y respetar la competencia en todas sus formas. A ningún hacker le gusta perder el tiempo con quienes adoptan la pose de hacker, sino que veneran la competencia —especialmente la competencia al hackear, pero la competencia en cualquier ámbito está bien. Especialmente buena es la competencia en habilidades exigentes que poca gente domina, y la mejor es la competencia en habilidades exigentes que requieren agudeza mental, destreza y concentración.
Si respetas la competencia, disfrutarás desarrollándola en ti mismo —el trabajo duro y la dedicación se transformarán en una especie de juego intenso, y no una rutina. Esa actitud es vital para transformarse en hacker.
Cuestiones de estilo
De nuevo, para ser un hacker, debes desarrollar la mentalidad del hacker. Existen algunas cosas que puedes hacer cuando estás sin ordenador, que pueden ayudarte. Estas cosas no son sustituto para la actividad propia de hackear (nada lo es) pero muchos hackers las realizan, y sienten que de alguna manera primitiva se conectan con la esencia de la actividad de hackear.
- Aprende a escribir correctamente en tu lengua. A pesar de que existe el estereotipo de que los programadores no son capaces de escribir, una cantidad sorprendente de hackers (incluyendo a los mejores que conozco), son escritores competentes.
- Lee ciencia-ficción. Ve a las reuniones sobre ciencia-ficción (es un buen método para conocer hackers y proto-hackers).
- Estudia zen, y/o practica artes marciales. (La disciplina mental se parece en ambos casos.)
- Desarrolla un oído analítico para la música. Aprende a apreciar clases peculiares de música. Aprenda a tocar correctamente algún instrumento musical, o a cantar.
- Desarrolla inclinación por los dobles sentidos y los juegos de palabras.
Cuantas más cosas de estas hayas hecho, es más probable que poseas material natural para hacker. Por qué estas cosas en particular y no otras es algo que no está completamente claro, pero todas están conectadas con una mezcla de tu parte izquierda y derecha de las habilidades de tu cerebro, lo que parece ser una cosa importante; los hackers ser capaces tanto de razonamiento lógico como de dar pasos al margen de lógica aparente de un problema en un momento dado.
Trabaja tan intensamente como juegas y juega tan intensamente como trabajas. Para los verdaderos hackers, la diferencia entre “juego”, “trabajo”, “ciencia” y “arte” tienden a desaparecer, o mezclarse en un alto nivel de creatividad.
Además, no te des por satisfecho con tener un estrecho rango de habilidades. Aunque la mayoría de los hackers se autodescriben como programadores, suelen ser más que competentes en actividades diversas —administración de sistemas, diseño web y arreglar problemas de hardware son algo común—
Un hacker que, por un lado, es administrador de sistemas, por el otro es también habilidoso en programación de scripts y diseño de webs. Los hackers no hacen las cosas a medias; si se meten de lleno en un tema, tienden a ser muy buenos en él.