Una pregunta habitual que se realiza habitualmente es que fuente de energía es mejor para climatizar los edificios. Por mejor entendemos tanto la más económica como la que sea menos contaminante.
¿Gas propano? ¿Gas natural? ¿Electricidad?
Existen varios sitios de Internet donde se aborda este tema y las conclusiones son, en muchas ocasiones, equivocadas. Igualmente la opinión general tiende a mezclar conceptos. Parte del motivo de esta confusión se debe a las distintas unidades con las que se tarifa lo que, unido a la diferencia de precios, hace difícil que sea evidente a simple vista que sistema es más económico.
También se escucha decir, en ocasiones, que un “calor” es peor que otro, o que a uno le cuesta calentar más que a otro. Esto, por supuesto, es incorrecto, puesto que la sensación de confort o la velocidad con la que se calienta un edificio depende exclusivamente del sistema de climatización y de la potencia del mismo, y no así de la fuente de energía empleada.
Para salir de dudas, planteamos un ejemplo que se ha realizado para un consumo en una vivienda medio de una caldera de 22 kW, funcionando el equivalente de 120 horas mensuales a regimen nominal. No obstante, las conclusiones posteriores son independientes del consumo, pues son proporcionales con el mismo.
A continuación os presentamos la cuentas claras, con todos los distintos tipos de unidades implicadas, para los tres tipos de fuentes de energía.
Observamos lo siguiente:
- Propano y gasóleo son similares, tanto en coste como en emisiones de CO2.
- El gas natural es un 35% más económico que el propano, y emite un 29% menos de CO2.
- El uso directo de electricidad para la generación de calor (termos eléctricos, radiadores eléctricos, y calor azul) son extremadamente ineficientes tanto desde el punto de vista económico como medio ambiental, por lo que debe evitarse su uso en todo caso.
- En caso del empleo de electricidad para alimentar una bomba de calor, debería tener un COP de 2 para competir con propano, y de 3 para igualar a el gas natural.