Windows 10 vino con muchas sorpresas bajo el brazo. Algunas de ellas fueron agradables pero otras, como sus problemas de privacidad o la obligatoriedad de las actualizaciones, muy polémicas para el usuario.
Una de las más molestas es el alto consumo de procesador que se genera incluso sin estar ejecutando ningún proceso. Resulta frecuente encontrar la carga del procesador entre el 20 al 40%, incluso estando el ordenador parado.
Investigando un poco más con el explorador de procesos descubrimos que una parte importante de este consumo de procesador es debido a Windows Defender, el antivirus integrado de Windows.
Podemos detener el escaneo en tiempo real pero, entre las sorpresas que Microsoft ha tenido a bien regalarnos, Windows Defender vuelve a activarse automáticamente.
Si encontráis este consumo de procesador molesto, es posible desactivar Windows Defender de forma permanente modificando una clave del registro de Windows.
Para ello tenemos que modificar (o añadir si no existe) la siguiente clave DWORD
HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Policies\Microsoft\Windows Defender\DisableAntiSpyware
Los posibles valores son:
- 0 = Para tener activo Windows Defender
- 1 = Para desactivar permanentemente Windows Defender
Mientras la esta clave exista y tenga valor 1, Windows Defender estará permanentemente desactivado y no podrá ser activado, ni siquiera de forma temporal.
Esto supone un riesgo de seguridad para vuestro equipo, que pasa a no tener ningún tipo de protección antispyware. Por lo tanto, corre a vuestra responsabilidad desactivarlo.
No obstante, siempre es posible volver a activarlo, o instalar otro Software Antivirus que sea menos intrusivo con el uso de vuestro procesador.