Hoy es día de huelga y, como es habitual, está en boca de todos la demanda eléctrica como parámetro para estimar y comparar el seguimiento de la misma. Y, como también es habitual, ha empezado el baile de cifras, donde cada grupo de interés dice los datos como el conviene.
A este baile ya estamos acostumbrados. Pero, a diferencia de otras ocasiones, los consumos eléctricos son datos objetivos, y no discutibles. En esta entrada trataremos los puntos de datos de la forma más objetiva posible, para que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
Antes de entrar en datos es necesario dejar claro que interpretar los datos de demanda no es tan simple y sencillo como en los medios dicen. Para aquellos que queráis profundizar en el tema os dejo algunas consideraciones a continuación: [spoiler intro=“Consideraciones previas”] La demanda eléctrica depende fuertemente de muchos factores, que van desde las más obvias, como la estación del año o el día de la semana, a otras mucho menos evidentes, como que se celebre una final del mundial de fútbol. Todos estos factores tienen que ser tenidos en cuenta a la hora de realizar estimaciones, análisis, o comparaciones entre intervalos temporales distintos.
- Lógicamente, el horario y el día de la semana.
- Metereología. La temperatura y las estaciones del año tienen una fuerte influencia en la demanda, dado que suponen el encendido y apagado de instalaciones de climatización (calefacción y aire acondicionado). En general, los días fríos tienen mayor demanda eléctrica.
- Condiciones lumínicas, que varían a lo largo del año y, puntualmente, en días nublados, con niebla, etc. Suponen un aumento de la demanda por el encendido de sistemas de alumbrado tanto públicos como privados.
- Otros hechos puntuales, como festividades (semana santa, etc) o incluso algo tan aparentemente inocuo, como decíamos, como la programación de televisión.
Todos estos elementos tienen su efecto en la demanda y hay que ser especialmente cuidadosos a la hora de elegir el intervalo temporal en el que realizar comparaciones y análisis.
Por otro lado, a la hora de usar la demanda como estimador de actividad humana (o seguimiento de la huelga) debemos entender que engloba diferentes consumos, y que no es posible distinguir entre ellos sin más datos. Estos consumos son:
- Consumos no asociados con actividad, es decir, maquinaría que funciona de forma autónoma, durante parte o todo el día. Por ejemplo, el alumbrado semafórico, equipos de bombeo, etc. Caso especial resulta el alumbrado público (farolas) debido a que representa una importante demanda, y solo intervienen en el período nocturno, y ni siquiera de forma constante a lo largo del año.
- Consumos asociados a actividad no interrumpibles, es decir, puestos de trabajo que no pueden abandonarse. Por ejemplo, centros de control, urgencias médicas, servicios mínimos.
- Consumo industrial, asociado directamente a actividad productiva. A su vez, puede ser continuo a lo largo del día (en empresas grandes, con turnos nocturnos), o solo durante el período diurno.
- Consumo no industrial, asociado a actividad de sector comercial, servicios, etc. Mayoritariamente en período diurno./li>
- Consumo doméstico, asociado a actividades humanas no laborales, como levantarse, encender la luz, y preparase un café.
Es previsible que, en caso de huelga, parte de la demanda asociada a actividad industrial, terciara o comercial se ‘convierta’ en consumo doméstico. A la vez se mantendrán los consumos constantes (que no dependen de personas) y parte de los trabajos ‘no interrumpibles’. Es necesario, por tanto, cotejar los datos tanto respecto a un día laboral normal, como al festivo más próximo.
Por último, e igualmente importante, no resulta cierto, a priori, que el seguimiento en demanda eléctrica esté linealmente relacionado con el seguimiento en cantidad de personas. Por ejemplo, un pequeño taller o comercio puede tener un número elevado de empleados (20-30) y, debido a su actividad, un consumo relativamente pequeño. Sin embargo, una fábrica puede tener un consumo muy superior, debido al empleo de grandes máquinas y, precisamente debido a la existencia de estas grandes máquinas, una relación empleados/demanda muy inferior al de una instalación de dimensiones más reducidas, o menos automatizados.
Por tanto, que exista un (por ejemplo) 10% de reducción de la energía no implica que exista una reducción del 10% de la gente trabajando. Podrá ser más, o menos, en función de los sectores en los que haya tenido más impacto. A falta de mayores datos se puede asumir que, en promedio, se cumple la relación, pero hay que tener en cuenta que es una estimación que no es necesariamente cierta. [/spoiler] Con lo dicho espero haber dejado claro que la demanda eléctrica es un estimador de actividad industrial, al igual que lo puede ser el número de desplazamientos en vehículos, o el volumen de transacciones bancarias. Pero que sea un indicador no implica necesariamente una relación directay evidente entre demanda y el seguimiento de la huelga, o que sea inmediata la comparación entre periodos distintos.
Una vez aclarado esto, paso a enseñar los datos, que han sido obtenidos de la página https://demanda.ree.es/demanda.html, donde están disponibles los datos para su acceso público. Los señores de la red eléctrica tienen unos estadísticos muy inteligentes que calculan cada día la previsión de demanda horaria para preparar el encendido de las centrales eléctricas. Vamos a usar estas estimaciones frente al consumo real para determinar la disminución de consumo.
En primer lugar os muestro la gráfica de la demanda eléctrica horaria para la huelga general de 14N. La demanda estimada es la que correspondería al funcionamiento normal sin huelga, y la real es la que realmente se ha consumido. (pulsa sobre las imágenes para ampliar)
A continuación os muestro la misma gráfica de demanda horaria para la huelga general de 29M.
Finalmente, la siguiente gráfica comparar la reducción de la demanda, en tanto por ciento respecto a la demanda estimada, para cada hora, en ambas huelgas.
Tomando un período de las 8 a las 18 horas como representativo de la mayor parte de la población, se estima que la disminución promedio de la demanda eléctrica ha sido de 13% para la huelga del 14N y 16% para el 29M.
Por último diré, como dato curioso, que si bien el seguimiento de esta huelga ha sido algo inferior, se ha prolongado más en horario. En la huelga del 29M la demanda empezó a desviarse a las 21:00 del 28 y se normalizó a las 04:00 del 30. Sin embargo, en la huelga del 14N la desviación empezó a las 18:00 del 13, y no es previsible que se normalice hasta las 6 del 15.
Estos son los fríos y objetivos datos. ¿Cuál es tu opinión? ¿Tu percepción del seguimiento ha sido distinto? ¿Te parece que los datos reflejan la realidad? Si quieres dejarnos un comentario, estás invitado.