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Consumo energético en viviendas

Resulta fundamental, antes de la realización de una auditoria energética, conocer los consumos propios de cada uso particular y, más concretamente, que parte del consumo total del edificio representan las distintas instalaciones. De esta forma podemos centrar las medidas de ahorro energético en los mayores consumidores de energía, dedicando en ellos la mayor parte de los esfuerzos e inversiones.

En esta entrada abordaremos los consumos energéticos que se producen en los edificios residenciales. A continuación incorporamos un gráfico con el porcentaje del consumo total que representa cada instalación.

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De la imagen se pueden obtener las siguientes conclusiones:

  • El mayor gasto energético es, con diferencia, el gasto en calefacción, con un 46% del total de consumo del edificio. Por este motivo en las auditorias energéticas debe prestarse especial atención al sistema de climatización, control de temperatura, ventilación y envolvente térmica del edificio.
  • El 67% de la energía de una vivienda se destina a la generación directa de calor (calefacción 46% y agua caliente 21%). Es por tanto fundamental revisar el correcto funcionamiento de los generadores de calor, como calderas, bombas de calor.
  • La iluminación supone un consumo del 16% del total de energía del edificio, y más de la mitad del gasto eléctrico. Emplear lámparas de alta eficiencia, mecanismos de control como detectores de presencia, y el correcto aprovechamiento de la luz natural, pueden suponer importantes ahorros en la factura de energía eléctrica.
  • Los electrodomésticos consumen un 13% del total de energía, y entorno a la tercera parte de la energía eléctrica empleada en los hogares. Entre ellos los mayores consumidores son los frigoríficos, vitrocerámica, y lavadora. Por contra, los menores consumos los supone los ordenadores, televisores, lavavajillas y microondas. Es aconsejable adquirir electrodomésticos con alta eficiencia, especialmente en los tres indicados con anterioridad.

Estos valores representan un buen indicador del caso general, y como punto de partida. No obstante hay que hacer notar que son valores estadísticos orientativos, obtenidos del promedio de un gran número de viviendas. Por tanto es necesario que un técnico especializado analice cada edificio en particular.